Lo han bautizado con el nombre de TangiBot y su principal novedad está en su “chasis”: incorpora un lector RFID que permite que los niños interactúen con él, manejándolo con objetos lúdicos, como lápices de goma eva y otros juguetes como pelotas, figuras de animales de plástico, etc.
Estos juguetes también incorporan etiquetas RFID, cada una de ellas codificadas para que el robot muestre diferentes tipos de comportamiento.
“Nuestro objetivo era tratar de averiguar cómo podemos utilizar las TIC en el contexto de la educación preescolar con nuevas formas y dominios de aprendizaje; cómo las nuevas tecnologías pueden dar soporte en esta etapa formativa. Hasta la fecha se ha explorado muy poco la estimulación temprana del pensamiento lógico y ese era uno de nuestros objetivos con el desarrollo del robot”, explica Javier Jaén, investigador del Grupo de Ingeniería del Software y Sistemas de Información de la UPV.
Los investigadores han evaluado la utilidad de TangiBot en diferentes escuelas infantiles de la ciudad de Valencia, entre ellas, la de la propia universidad. El experimento consistía en que un grupo de niños consiguiera llevar al robot de un punto a otro, utilizando para ello los objetos con las etiquetas RFID. “Cada uno de los objetos está codificado para que el robot haga uno u otro movimiento; de este modo, los niños tenían que coordinar secuencias de acciones, tanto individuales, como con el resto del equipo para que el robot llegara a la meta propuesta”, explica Jaén.
El resultado, según destaca el profesor, fue muy claro: los niños interactúan de forma muy fácil con el robot, adquieren habilidades sociales y de razonamiento lógico, sin necesidad de dejar de jugar.
“Otras de las conclusiones que hemos extraído es la curiosidad innata de los más pequeños hacia la tecnología; los niños quieren comprender qué hay detrás de un juego como un robot, sus movimientos, etc. Se puede hablar de tecnología con los niños y se puede educar en ella desde edades muy tempranas. Y la robótica, en particular, tiene un gran potencial como herramienta docente para los más pequeños”, destaca Jaén.