Kaspersky Lab ha elaborado un listado con los siete comportamientos que los usuarios deben dejar de hacer en Internet para estar seguros:

1.     Confiar en las redes WiFi abiertas

Las conexiones WiFi abiertas le hacen correr riesgos por la confianza que deposita en la autenticidad de la red. Por ejemplo, los delincuentes pueden crear puntos WiFi y darles un nombre plausible, como “McDonalds open wifi” u “Hotel Guest 3”.

Si se ha asegurado de que una red WiFi abierta es real, eso no significa que sea segura (significa que la red “WifiLibrería” con la contraseña “¡LeeLibros!” es de la librería, pero no que los ciberdelincuentes no estén en ella). Si debe usar la red, hágalo de la manera más segura posible: evite visitar sitios web que soliciten datos de acceso y, en especial, evite cualquier transacción financiera. Nada de banca, ni de compras. Y, si es posible, utilice una VPN.

2.     Elegir contraseñas fáciles de recordar

Nombres de mascotas, cumpleaños, apellidos y demás hacen que las contraseñas sean muy inseguras. En su lugar, empiece con conceptos que otras personas no adivinen tan fácilmente. La buena noticia es que una contraseña fiable no tiene por qué ser del tipo “ML)k[V/u,p%mA+5m” (una combinación de la que nunca se acordará). Utilice el verificador de contraseñas de Kaspersky Lab, que le indica si su contraseña es fácilmente hackeable: https://password.kaspersky.com/es/

Una vez que conozcan la causa de una desaceleración, los administradores de TI pueden actuar antes de que exista un problema

Al igual que los comedores, centros de salud y servicios de lavandería, Wi-Fi es considerado por los estudiantes universitarios de hoy a ser un servicio imprescindible.

Un informe reciente del Centro de Análisis e Investigación de EDUCAUSE encontró que el 61 por ciento de los estudiantes universitarios tiene al menos dos dispositivos que quieren conectarse a las redes de la universidad.

Con demandas como éstas en los campus, las universidades deben tomar medidas para asegurar que los estudiantes puedan acceder a lo que necesitan para educación y entretenimiento.

Al entender qué datos están tomando el mayor ancho de banda, cómo pueden actuar de manera proactiva y qué tipos de políticas ayudarán, las universidades estarán un paso más cerca de hacer precisamente eso.