El hallazgo podría conducir tarde o temprano a dispositivos electrónicos más pequeños, más potentes y más avanzados, según el autor principal del estudio, Bingqian Xu.
"Durante 50 años, hemos sido capaces de colocar más y más potencia de cálculo en chips cada vez más pequeños, pero ahora estamos rozando los límites físicos del silicio", dice Xu, profesor de química y física en la UGA, en la información de ésta. "Si los chips basados en silicio se vuelven mucho más pequeños, su rendimiento se volverá inestable e impredecible."
Para encontrar una solución a este reto, Xu se fijó en el ADN. Xu dice que la previsibilidad, diversidad y capacidad de programación del ADN lo convierten en un gran candidato para el diseño de dispositivos electrónicos funcionales, utilizando moléculas individuales.
En el artículo, Xu y sus colaboradores de la Universidad Ben Gurion del Néguev describen el uso de una sola molécula de ADN para crear el diodo más pequeño del mundo. Un diodo es un componente vital para los dispositivos electrónicos que permite que la corriente fluya en una dirección, pero impide su flujo en la otra dirección.