Las opiniones sobre el potencial de las redes sociales para mejorar las prácticas de aprendizaje son dispersas. Hay analistas que han señalado cierta tensión entre los académicos que usan este tipo de canales digitales, en gran parte relacionada con la posibilidad de mantener un nivel de profesionalidad adecuado, mientras que otros estudios apuntan al potencial de las redes sociales de crear un medio informal a través del cual los profesores puedan compartir conocimiento académico.
Al lado de estas perspectivas, el análisis de la utilidad educativa generada por la comunicación social en Internet queda en muchos aspectos poco definida. Una de las preguntas gira en torno a Twitter, la red de microblogging más usada del mundo y reconocida por cientos de millones de usuarios que comparten conocimiento y debaten al margen de los temas más interesantes cada día.
¿Es Twitter una buena herramienta para mejorar el aprendizaje? se preguntan los analistas de Taylor & Francis en su estudio Innovations in Education and Teaching. La cuestión ha sido motivada por la constatación de que entre los 300 millones de usuarios de Twitter, un 40% lo usan de forma pasiva como canal de información, de aquí la cuestión que abre una nueva investigación a través de la cual los analistas intentan averiguar si con estas oportunidades poco aprovechadas es esta red social adecuada a los objetivos académicos.
Los investigadores han recogido las opiniones de 153 estudiantes sobre el uso de Twitter, preguntando si lo utilizan para compartir información, contactar a los tutores de curso o preguntar sobre el contenido del curso. Las respuestas se han comparado con las contestaciones de los académicos y los resultados obtenidos han revelado un contraste sorprendente. Se ha observado que los profesores limitan el uso de la plataforma a la mejora de su reputación y para informar cuestiones concretas relacionadas con la promoción de las actividades universitarias mientras que los estudiantes usan Twitter para la recepción pasiva de la información.
Los profesores son más activos en el uso académico de Twitter
El uso de Twitter para la búsqueda de información pasiva es la mayor prioridad para los dos grupos cuestionados. Los profesores han declarado que es una de las actividades que más realizan, acumulando un 73,1%, frente a los estudiantes que les han seguido a muy poca diferencia con un 65,7%.
Otras de las preguntas formuladas intenta ir más allá del uso de Twitter como recurso para obtener información. Los analistas han destacado grandes diferencias entre los dos grupos en las relaciones pasivo-activo, profesional-personal. El estudio demuestra que los estudiantes son más pasivos en su uso de redes sociales que los académicos. Menos de la mitad (48,2%) usan Twitter para compartir información con otros y si algo estimula a los jóvenes eso es la interacción con los amigos. En respuesta a este aspecto, los alumnos han admitido un uso de 62% respecto a los profesores situados a un 46%.
Por otro lado los académicos se han mostrado mucho más activos en el uso de la red social de microblogging. Un 88,5% de ellos han declarado que usan Twitter para compartir información y casi la mitad, un 46%, para promocionar un evento en el que han sido implicados. También han demostrado una predisposición más elevada para conectar con otras personas, un 57,7% en comparación con un 21,2% alcanzado por los estudiantes.
Los datos indican que los universitarios tienen un nivel de participación mayor cuando se trata de sus comunidades personales pero, por otro lado el contacto con la gran comunidad se limita al papel de lector, seguidor o retuiteador. En cambio no pasa lo mismo en el caso de los profesores. Casi dos tercios aprovechan Twitter para realizar actividades con fines académicos demostrando un mayor nivel de implicación.
La escasa implicación de los tutores influye en la desmotivación de los alumnos
El uso académico de la plataforma es otro aspecto investigado. Aquí también persisten las incongruencias entre las opiniones de los dos grupos. Se ha podido observar que en lo que concierne a los motivos académicos, los alumnos presentan limitaciones, tanto en el tipo de las actividades como en la frecuencia de uso.
Los bajos porcentajes registrados en esta categoría demuestran que los universitarios encuestados no tienen entre sus intereses principales usar Twitter con objetivos educativos. Se ha observado que para 13,9% la actividad principal es la de hacer preguntas a otros usuarios que no son sus tutores, mientras que 12,4% declaran haber publicado tuits generales relacionados con el contenido del curso. Contactar con los profesores entra en el interés de 11,7% de los cuestionados y preguntar al tutor cuestiones relacionadas directamente con el curso obtiene una posición incluso más baja, situándose a un 8% entre las preferencias de los estudiantes.
Los analistas de Taylor & Francis relacionan la desmotivación de los estudiantes con la falta de implicación por parte de los tutores:
Parece que redes sociales como Twitter son más adecuadas al apoyo académico fuera de clase antes que una herramienta educativa en sesiones programadas, a menos que exista un apoyo en masa entre los académicos para normalizar su uso dentro de la institución”.
Las actividades de promoción prevalecen sobre el apoyo en cuestiones prácticas
Finalmente, el tercer indicador analizado es el uso de Twitter por parte de los académicos frente a la percepción de utilidad de los estudiantes. A una escala de 1 a 14 los universitarios han tenido que ordenar posibles contextos de empleo de la plataforma en función de la utilidad mientras que a los profesores se les han pedido indicar con qué frecuencia han usado Twitter para cumplir las prácticas propuestas por sus alumnos.
Los resultados muestran que para un 62,5% de los profesores la actividad más popular es la de promocionar las actividades de las universidades. En el segundo puesto, 58,3%, destaca dar a conocer su propio trabajo de investigación o publicaciones y un 50% han declarado que se encargan de promocionar las actividades de los departamentos. Se ha observado que ningún académico usa Twitter para ofrecer soporte a las sesiones de aprendizajes a través de los foros y en cuanto a la actividad con mayor importancia para los estudiantes, dar apoyo en cuestiones prácticas, los profesores logran alcanzar un nivel muy reducido de sólo 4,2%.
La imagen que se desprende de la investigación sobre el potencial educativo de Twitter es la de interactividad limitada con las actividades de aprendizaje por parte de ambos grupos. Los alumnos cuestionados siguen considerando la red social un medio adecuado para mantener las relaciones con los amigos o para obtener información. Los bajos indicadores de uso con fines académicos (contacto con el tutor, preguntas sobre el curso) son una señal de que no están preparados a valorar Twitter más allá de sus funciones sociales y lo están demostrando por la poca implicación en actividades educativas fuera de las clases.
Por otro lado la falta de motivación de los estudiantes está determinada en gran parte por el esfuerzo de sus tutores de hacer este tipo de comunicación social posible. Aun así, el hecho de que la mayoría de actividades de los académicos mediante la red social se concentren en torno a la promoción de sus investigaciones o de los servicios del centro educativo no ayuda a aumentar el nivel de implicación de los alumnos:
Los académicos ven el potencial de Twitter como una forma de extender su influencia y reputación y estimular a distintos colaboradores antes que realizar actividades rutinarias de los procesos de aprendizaje”.
Delante de los resultados obtenidos los analistas mantienen la confianza en las posibilidades educativas de la plataforma declarando que una de las soluciones a los problemas detectados quedaría en manos de los profesores:
Si los tutores introdujeran la plataforma lentamente en sus prácticas académicas puede que tuviese más adopción en el futuro, llevando a mayores posibilidades de aprovechar la utilidad de las redes sociales para apoyar la relación profesor-alumno y mejorar el aprendizaje”.
Fuentes: