En Estados Unidos y España, el uso desmedido de la web merece clínicas especializadas; en México sólo existe el servicio de terapias individuales.
Ser parte de una red social significa compartir con otras personas los mismos intereses y preocupaciones, pero esta actividad se convierte en una adicción cuando se sustituye la vida social por la virtual.
José de Jesús González Núñez, presidente honorario del Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social, señala que se considera adicción cuando una persona permanece más de seis horas diarias, no por cuestiones profesionales o de estudio, conectada al espacio digital.
Las comunidades virtuales, dice, tienen una parte positiva, ya que son una excelente herramienta de comunicación laboral y social, pero en algunas personas, sobre todo en adolescentes, llenan "vacíos" familiares, sociales o afectivos.
Primer caso, reconocer el problema
Es especialista subraya que para encontrar la solución adecuada a cada caso, el usuario tiene que reconocer su problema y buscar la ayuda necesaria con un psicoanalista que analizará sus carencias
y vacíos emocionales.
Añade que cuando una persona se limita a una vida virtual puede sufrir de varios traumas, ya que también está expuesto a las mentiras y a las fantasías de otros usuarios.
Usuarios "desconectados"
"Los más vulnerables son aquellos a quienes les cuesta trabajo socializar y no tienen mucha confianza en sí mismos. En la clínica de la Sociedad Psicoanalítica, nosotros hemos manejado casos de gente que presenta un `uso desmedido´, personas que toman a Internet como un medio para desahogar los problemas que tienen en su oficina u hogar", finaliza.
Fuente: El Universal
Lunes 15 de noviembre de 2010
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