En el aula, las computadoras son utilizadas de manera diferente por los niños de clase media que han estado en contacto con las computadoras que por los niños que han pasado más tiempo en las zonas rurales o son de una familia de bajos ingresos. Los niños de clase media tienen un mejor conocimiento y una comprensión más profunda de cómo funciona una computadora, por lo que pueden aprovechar la tecnología y concentrarse en la construcción de nuevos conocimientos en lugar de los conceptos básicos de aprender a usar una computadora.
Las escuelas han hecho grandes esfuerzos para reducir la brecha digital al aumentar el número de computadoras en las escuelas. Actualmente, el 88% de los estudiantes de secundaria públicos tienen acceso a computadoras en su escuela. En la escuela pública, el porcentaje de estudiantes europeos, afroamericanos y latinos con acceso a computadoras es casi igual.
La raza y la clase pueden influir en cómo los estudiantes usan las computadoras en las escuelas. Los estudios han demostrado que los estudiantes europeos estadounidenses utilizan las computadoras principalmente para simulaciones y aplicaciones, y menos para el uso de ejercicios y prácticas. Simulaciones y aplicaciones son la investigación centrada en la computadora. Ejercicio y práctica son actividades más básicas, centrándose en la práctica de cierta habilidad mecánica. Por el contrario, los estudiantes afroamericanos informaron usar computadoras para simulación y aplicaciones sólo el 14% del tiempo y reportaron gastar el 52% del tiempo en ejercicios y prácticas. Esta diferencia también es evidente en las instituciones que atienden a los estudiantes pobres, ya que el tiempo dedicado a la simulación y el uso de aplicaciones es sólo el 13% del total, mientras que en las escuelas más ricas este porcentaje se eleva al 30%.
Otro aspecto de la brecha digital es en términos de género. Varios estudios sobre las diversas diferencias entre niñas y niños y su respuesta o interacción con la tecnología muestran que tanto los niños como las niñas utilizan la tecnología, pero por razones muy diferentes. Las niñas estudiadas pasaron más tiempo usando herramientas de redes sociales, favoreciendo actividades y herramientas de software que hacen hincapié en la creatividad, la colaboración y la cooperación. Los chicos, por otro lado, pasaban más tiempo con software y herramientas que enfatizaban la competencia y les permitía desarrollar habilidades que los diferenciaran de sus compañeros. Estos estudios no demostraron diferencias en la rapidez con que los niños de ambos sexos se adaptaran a la tecnología, pero puede haber diferencias de género en cuanto a la utilidad de la tecnología por parte de los estudiantes en el aula para diversas tareas.
¿Cómo es la composición de su aula? ¿Tienen los estudiantes y sus familias los recursos económicos necesarios para extender la tecnología desde el aula hasta el hogar? ¿Hay limitaciones en lo que su escuela puede obtener? ¿Qué aspecto tiene la alfabetización tecnológica preexistente entre sus estudiantes?
Mientras que la tecnología moderna es grande, la aplicación ciega de ella puede ser perjudicial en más maneras que una. Piense en dónde su salón de clase cae alrededor de la brecha digital, y planee hacia fuera cómo usted puenteará la abertura en consecuencia.