Lunes, 12 Agosto 2013 21:38

Pagar o no pagar en Internet…

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Es curiosa la reacción de los usuarios cuando se enteran de que determinada plataforma digital o red social estudia la posibilidad de introducir nuevas modalidades de pago.

Inmediatamente, ellos argumentan que la Red de redes es un espacio “libre”, por lo que los contenidos deben mantenerse gratuitos y accesibles para todos los cibernautas.

Lo cierto es que las compañías basadas en Internet necesitan obtener recursos financieros por los servicios que ofrecen, sobre todo para garantizar que estos lleguen a nuevos clientes alrededor del orbe.

En el futuro, cada vez será menos extraño, en la opinión de quien escribe estas líneas, pagar por ver un video o disfrutar del último disco de cierto artista en el mundo virtual, como se hace en el real.

Las ventajas, en realidad, son más que las desventajas. Por ejemplo, desembolsar 99 pesos por la posibilidad de ver un sinfín de series y películas en Netflix sí vale la pena; gastar la misma cantidad por el hecho de poder escuchar un catálogo musical bastante amplio (más de 20 millones de canciones) en Spotify, también.

Son casi 200 pesos al mes por acceder a estas dos plataformas; la inversión está justificada porque los suscriptores cuentan con la opción de disfrutar casi de todos sus contenidos favoritos en el momento más oportuno.

Un amigo me decía que al final esos discos y películas no me pertenecían: “Están ahí, en Internet, pero no los puedes tocar o prestar, como sí lo puedes hacer un DVD o CD físico”.

Tiene algo de razón. El asunto es que nunca como ahora ha existido la alternativa de disponer, legalmente y a unos clics de distancia, de millones de productos visuales y sonoros, y para mí eso es más que suficiente.

Conforme más usuarios de Internet en México se den cuenta de los beneficios que traen los servicios bajo demanda –y tengan más confianza en realizar transacciones en línea-, no dudarán en destinar parte de su dinero a los mismos.

En consecuencia, cuando una compañía con algún servicio virtual anuncie formas de pago por un mejor servicio, por nuevos contenidos enriquecidos, los usuarios no se escandalizarán, comprenderán que es una decisión con razón de ser.

Se Facebook u otra comunidad digital consideran la oportunidad de abrir modalidades para adquirir más recursos (YouTube anunció, la semana pasada, su programa piloto de canales de pago), no será para perjudicar a sus actuales suscriptores.

La idea es generar nuevos medios para quien sí pueda adquirirlos, mientras quienes no lo puedan hacer seguirán perteneciendo a las plataformas, no sufrirán un destierro virtual. Vamos, es un modelo que no desconocemos del todo, ¿no es así?

 

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FUENTE: El UNIVERSAL
FECHA: 13 de Mayo del 2013

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