Jueves, 18 Enero 2018 02:38

Tecnología. ¿Amiga o enemiga?

Cada vez es más frecuente escuchar el término tecnoestrés. Un concepto directamente relacionado con los efectos negativo

Los estudios recientes que han indagado acerca de esta nueva “patología” lo definen como “un daño psicológico y social negativo, que está relacionado con el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) o con la amenaza de su uso en un futuro”, y lo asocian a un desequilibrio entre demandas y recursos laborales y/o personales vinculados al uso de las TIC que acarrea un enorme nivel de activación psicofisiológica nada placentera y al desarrollo de actitudes negativas hacia las TIC.

 

Problemas musculares, fatiga física y mental, dolor de cabeza, sueño, ansiedad, temor y aburrimiento son algunas de las consecuenciasfísicas del tecnoestrés.

Se han establecido dos tipos de dimensiones del tecnoestrés. Por un lado, el tecnostrain ligado a sentimientos de fatiga mental, ansiedad y falta de autoeficacia en cuestión de las TIC y, por otro lado, la tecnoadiccióncaracterizada por el uso excesivo y compulsivo de las TIC.

En el terreno del tecnostrain se clasifican tres subdimensiones:

  1. Dimensión afectiva (ansiedad y fatiga), al tener miedo a dañar la tecnología y tendencia a realizar un sobreesfuerzo.
  2. Dimensión cognitiva (ineficacia), en la que la persona se siente incapaz de utilizar la tecnología correctamente
  3. Dimensión actitudinal (infravaloración de la tecnología), al adoptar una actitud de distanciamiento y valoración negativa de esta tecnología.

Los estudios apunta a la existencia de un perfil concreto de tecnostrain y de tecnoadicción. En el primero, personas de edad avanzada con poca experiencia en la tecnología suelen tener una mayor predisposición a causa de su tendencia a poseer menos confianza y menor uso tecnológico, por lo que tienden a adoptar una actitud más negativa. Contrariamente, la tecnoadicción arrastra a jóvenes con formación y abiertos a la tecnología y, además, a estudiantes con desestabilidad emocional, propensos a la depresión y/o con baja autoestima.

Hoy en día estamos continuamente conectados a los nuevos entornos tecnológicos. Desde 2010 el tecnoestrés se ha triplicado en la población española, por ello debemos aprender a adaptarnos para que evitar alterar nuestro bienestar, tanto físico como psicológico.

El facultativo Antonio Cano habla sobre el atractivo de las tecnologías y destaca, a través del portal digital Psicología y Bienestar, que podemos estar en peligro ante el descontrol en el uso de estas tecnologías sin ser conscientes y que la asistencia psicológica es fundamental cuando surgen problemas emocionales y de conducta derivados de éstas.

Nunca es tarde para recordar las leyes de la robótica que Isaac Asimov estableció, muy acertadamente, en 1942:

  1. Un robot no puede dañar a un ser humano ni, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
  2. Un robot debe cumplir las órdenes de los seres humanos, excepto si dichas órdenes entran en conflicto con la Primera Ley.
  3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que ello no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley.
Last modified on Jueves, 18 Enero 2018 02:41